EL
ÉMBOLO DEL ODIO
Hoy confluyen en un mismo ser violencia y rencor, edificándose
con ellos un odio destructor, luego éste se convierte en el motor de sus días,
mientras que el amor, olvidado en algún oscuro rincón, se vuelve el encendedor
de las más bajas pasiones con que la vida lo confundió, transformándolo en el émbolo
con que trabaja ese motor.
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