CONFLUENCIAS
Confluyen en mí, como un río entrando al mar, las más tristes
sensaciones, luego de tener que verte partir.
Mis ojos, cansados de llorar, escarban
sigilosos los rincones de esta casa silenciosa y vacía, buscando en ellos
cualquier vestigio de tu presencia, desde entonces invadida de tu ausencia y mi soledad.
Es ahora, cuando no te tengo, que comprendo
lo que no vi, en los instantes en que te hacía sufrir; que tristemente las
leyes de la vida son confusas y contradictorias, porque lo bueno de cada quien,
se viene a entender solo después de verlos perder.
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