NO VOY A PAGAR POR AMARTE
No bien habíamos comenzado a
amarnos cuando ya estabas dispuesta a odiándome,
ya que me dijiste que mi
corazón no podía latir al mismo ritmo que el tuyo,
queriéndome desde ese momento
imponer otro modelo de pasión,
el mismo que tus anteriores amantes
te habían dejado marcado,
exigiéndome cumplir esa misma
forma de relación,
siendo yo ajeno a la norma de
un amor originada en el tener para poderte satisfacer,
por eso me vi obligado a
declinar esa promesa que te di,
en cuanto que era simple y
puro sexo lo que te ofrecí.
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