DESTINADOS POR UN ÚNICO DESTINO
Para aquellos que consideran
factible realizarle cambios al destino planetario,
los tengo que desilusionar,
pues deben saber que, desde el primer instante,
cuando la primera célula
procariota apareció en el escenario evolutivo de la Tierra,
ya el destino general estaba
trazado por las fuerzas de una energía misteriosa,
capaz de provocar los cambios
que trastornan con violencia nuestra existencia.
Aunque queramos comportarnos
diferente para modificar ese camino,
no tenemos el conocimiento
necesario y suficiente para poder hacerlo,
ya que el microbio de la
autodestrucción venía instalado en los genes de los primeros seres,
y a partir de la
multiplicación exponencial de nuestra especie ese germen se expandió,
hasta los niveles que
actualmente exhibe, en perjuicio de toda la vida, la terrenal y universal.
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