LA HUMANIDAD ES LA PROSTITUTA
DE LA REALIDAD
Al ritmo de un caracol, los seres
humanos pretendemos
considerar hacer los cambios que
necesitamos,
para detener la extinción que
se viene, la propia y la masiva,
al darnos cuenta de la
destrucción que están provocando nuestras acciones,
pero el tiempo, a la velocidad
de la luz, se impone por obligación,
en cuanto no encuentra
oposición ni solución,
sobre todo, entre una especie en
plena involución,
con respecto a los avances que produce
una verdadera evolución.
Siendo éste el escenario, en el
que actualmente nos encontramos,
la humanidad se ha volcado a
buscar con fe infinita, en las religiones,
las herramientas para
solucionar sus problemas,
esperando ansiosamente que sean
los dioses quienes realicen los milagros,
olvidando, de paso, la historia
escrita por ella misma,
donde está descrito el momento
exacto en que se inventó esos dioses.
Hoy, salen desde todos los
rincones, como ratas de alcantarillas, falsos mesías,
vestidos unos con sotanas, otros
con finos trajes de alta costura,
diciendo tener las llaves que
abren las puertas de las soluciones,
encontrándose a una humanidad
desesperada y sin norte,
creyendo torpe e ilusamente que
en ellos está su salvación,
sin querer entender que ésta se
encuentra en sus propias manos,
en cuanto deje de ser la prostituta
dispuesta a ser violada por esos falsos mesías.
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