LAS ILUSIONES PUEDEN CONDUCIRNOS
HASTA UN ESPEJISMO EMOCIONAL
Una mirada a la distancia, de
una acción o incluso de una persona,
puede encerrar una
visión errada de ellas,
pues obligatoriamente ambas
conllevan matices personales de imaginación,
maquillando a la
realidad de deseos o ilusiones de quienes las miran desde lejos.
Nadie está exento, en la
vida, de sufrir un espejismo emocional,
suponiendo en su mente
lo que en el cuerpo sus sentimientos pretenden,
y al vislumbrar un
rostro, escuchar unas palabras o al mirar un suceso,
a partir de allí,
desarrollar y crear unos entornos de supuestos hechos,
que puedan llegar hacer
nacer una verdad de un deseo personal,
elevando esa falacia,
la de una falsa realidad, hacia escenarios probables,
sintiendo, y hasta
viviendo, en carne propia algo que es imposible de ocurrir,
ya que, cuando se da
el caso, se reconocen las acciones que dieron pie a esa idea,
con la conciencia y la
razón retomando su función,
llevando luego hacia la frustración a quien así intentó proceder.
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