sábado, 5 de diciembre de 2020

ENCADENADOS A UNA ESTUPIDEZ, QUE AL MISMO TIEMPO ES NUESTRA ATADURA

 ENCADENADOS A UNA ESTUPIDEZ, QUE AL MISMO TIEMPO ES NUESTRA  ATADURA

 

Todo el tiempo nos rasgamos las vestiduras, intentando desnudar nuestras ataduras,

sin notar que estamos, desde hace tiempo, encadenados a unas armaduras,

con las cuales no nos permitimos ser lo que queremos.

 

Somos unos seres demasiado extraños, con muy poca fe en lo que podemos ser,

pero al mismo tiempo, tenemos una gran confianza en quienes con engaños

nos guían como rebaño al desastre, siendo una condición contrastante y tan marcada,

que llevamos en nuestras pieles las señas que remarcan nuestra inmensa estupidez,

y como en la leyenda del judío errante, no encontramos, en este mundo, nuestro lugar,

ni tampoco la tranquilidad y la felicidad que necesitamos,

pues requerimos de una imbécil señal,

pero que ésta sólo provenga de un ser que nos hemos inventado.

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