UNA PROPUESTA DE CAMBIO PARA UN MAL
JUICIO, COMO POSIBLE AVATAR EVOLUTIVO
Desde la gran explosión, también
conocida como el Big Bang en el medio científico, donde se formó el universo
conocido, nunca como hoy un organismo originado en el proceso evolutivo que de ella
surgió, ha estado provocando tanta destrucción y daño, ni siquiera al nivel de
los tantos cataclismos naturales que dieron origen y construyeron continentes, o
por los producidos debido a la caída de objetos provenientes del espacio, que nosotros,
los seres humanos.
Desde nuestra aparición hemos
tenido y tomado de herramienta la violencia, y con ella maquillado y sometido a
la razón, conduciendo al planeta al paredón cada nuevo día, influyendo con
sevicia en su desarrollo, haciendo aparentar, con su progreso constante, una
supuesta estructura de evolución sana y fuerte, pero que con su cruda realidad viene
horadando y desgastando al planeta, hasta el extremo de tenerlo al borde del
colapso general.
Con nuestra inteligencia, característica
que se supone es un prodigio natural, que utilizamos quienes decimos ser
ejemplo de perfección, al pertenecer a un ser único y sensible, pero es con esa
misma condición que venimos haciendo el trabajo de demolición del mundo, sin
que con esa misma inteligencia, hasta ahora, podamos comprender que hacemos
parte del mismísimo árbol de la vida, que en algún momento, del tiempo
transcurrido, desde entonces, se ramificó y dio como resultado el ser que
somos, que no logra entender que son nuestras propias acciones, y las concepciones
que manejamos, el fundamento principal que desgasta las bases de ese camino
evolutivo, dando al traste con las vidas de los muchos otros seres que pueden tener de pronto más
inteligencia que la misma humanidad, la
cual aun así viene actuando con la fuerza que exhibe la virulencia de un hongo, un virus o una
bacteria letal, enfermando al planeta, y con el resultado que con ella trae, estamos
provocando la extinción de aquellos que
por millones de años se acoplaron y adaptaron
a existir en correlación y en cooperación con la propia naturaleza que los
engendró, lo que había permitido al medio ambiente funcionar saludable en sus
funciones.
Mantener ignorada, y cerrada,
la opción del cambio de este cruento avatar, no tiene otro final distinto que
dejarnos a las puertas de nuestro propio final, de allí parte entonces esta
propuesta de cambio de un mal juicio, que no puede ser otra que la transformación
conceptual y funcional, como parte de unos reales avances científicos y tecnológicos,
para con ellos regresar al comienzo del momento en que vivíamos en directa relación,
e integrados, a las leyes naturales, y que sea posible con ellas reiniciar el proceso
de recuperación, y de reconstrucción, de las condiciones que permitan sanar a
un planeta, que desde hace tiempo se encuentra en un estado agónico y terminal,
aunque nuestro actual progreso lo presente, y lo considere, más maduro y
desarrollado que nunca antes.
______________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario