PARA
UNA HUMANIDAD DE MAYORÍAS PUSILÁNIMES
Desconcierta ver, en momentos claves de nuestra historia
general, la actitud permanentemente pasiva y pusilánime de las mayorías de la
humanidad; porque sabemos que debemos enfrentar en bloque los innumerables y
terribles acontecimientos que diariamente suceden sobre nuestro planeta, generados
por unos estilos de vida que se tiene que modificar de inmediato, así sea pasando
por encima de aquellos que los quieren mantener.
Tenemos instituciones como la ONU, UE, OEA y muchas más, que
suponemos fueron creadas para enfrentarlos, pero sucede que éstas, al igual que
el resto de la humanidad, actúan todo el tiempo como un rebaño de ignorantes, como
una muchedumbre de seres desconcertados y aturdidos.
Porque por muy amorfa que parezca la humanidad, con sus innumerables
estilos de sociedades y con diferentes visiones que existen sobre la vida y la
muerte, aun así, ésta debería estar actuando desde hace mucho tiempo unida, buscando
el bien común sobre el particular, contra los desastres y problemas que se crean
y porque además tiene el conocimiento en sus manos con que encontrarles
solución.
Por eso asusta el alto grado de indolencia para reaccionar como
masa ante estos hechos, parecemos un cuerpo paquidérmico y sin cerebro, que
conociendo el origen de los problemas que lo están destruyendo, los permite y
acepta, aun con la certeza de que existen millones de herramientas innobles,
oscuras y sucias, que se están utilizando para engañar la realidad.
Resulta entonces increíble e inconcebible qué, a estas
alturas de nuestro desarrollo, como humanidad y como especie, mantengamos esta
aberración social, donde las mayorías, por lo general desorganizadas y
confundidas, nos dejamos imponer mentiras como si fueran argumentos valederos,
en elecciones amañadas y con movimientos políticos corrompidos.
Porque poseemos el conocimiento, pero no lo ponemos en
práctica porque lo tenemos guardado y acumulado en grandes bibliotecas, físicas
o virtuales, donde pierde el valor y la razón de ser, pues con la ignorancia a
flor de piel de las mayorías, permitimos que la verdad sea asaltada y la
realidad nos sea impostada, mimetizada entre una impunidad desbordada, con
grandes falsedades como argumentos, donde ciertas minorías, éstas sí muy bien organizadas,
nos las vienen presentando como verdades incuestionables y necesarias, donde según
ellos, la intervención humana no tiene cabida, solo sirve la divina o la del
líder elegido por él, así sepamos que
con esos argumentos esconden la verdad, y es que son ellos quienes nos
confunden, mientras destruyen al planeta en nombre de Dios.
En el otro extremo tenemos la apreciación que tienen otras
minorías poderosas sobre la realidad, entre los que se destacan grandes
multimillonarios, genios para hacer dinero, pero unas bestias para considerar
al prójimo, como por ejemplo los hermanos Koch y tantos otros parecidos, quienes
son los mismos patrocinadores e impulsores de políticos tipo Trump en Estados
Unidos, Duterte en Filipinas o Uribe entre nosotros.
Los que sostienen, entre otras cosas, que el planeta no
tiene futuro, si no disminuye el número de habitantes, volviendo ideal, según
ellos, las guerras, o las bombas nucleares, para disminuir de esa manera el
número de personas.
Incluso sostienen locas teorías conspirativas, donde mencionan
llevar la población de la Tierra hasta 500 millones de habitantes, o de tener
que irnos hacia otros planetas, ignorando y menospreciando, con sus posiciones,
las opiniones y criterios de los científicos, que están hartos de decirnos lo
que se puede y no se debe hacer, sin que se les haga caso, porque lo que impera,
hasta ahora, ha sido la razón del dinero de estos, sin que las mayorías los
quieran controlar.
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