miércoles, 5 de abril de 2017

VINIENDO POR TÍ

VINIENDO POR TÍ


Con el corazón en las manos, aun sangrando, y con la herida en el pecho después de arrancarlo, salí a buscarte como un loco para dártelo con gozo, pero no pude encontrarte, porque ya te habías ido con otro.

Quise reclamarle al cielo por tu compañía y este respondió con un fuerte aguacero, lo que al final pude interpretar como el llanto de mi cielo a un amor sin consuelo, después de no poder ser correspondido.

Hoy, cuando te veo con otros, y yo sigo aquí solo, solo apelo al recuerdo de tu cuerpo para desfogar con las manos a este cuerpo mío, que te clama que vuelvas, como la llama que inflama al deseo de un hombre loco, de amor y sin corazón.

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