UNOS VIEJOS Y EL AMOR
Ya viejos, y después de haberse amado tanto,
pareciera que las pieles
se han cansado de sentir
las mismas sensaciones que los hicieron emocionar de jóvenes,
hasta el extremo que los ponían a buscar desesperadamente sus ingles,
haciendo coincidir, de manera
natural, el lugar donde se ubican los sexos,
para entonces explotar en sentimientos
armónicos y en movimientos descontrolados.
Ahora el sexo es
mesurado, esporádico, cansino y demorado,
aunque aquellas sensaciones
se repitan mentalmente,
replicando en sus recuerdos los impulsos que tanto los emocionaron.
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