martes, 4 de febrero de 2020

TORPES, AUNQUE ALGUNOS SE CREAN DIOSES

TORPES, AUNQUE ALGUNOS SE CREAN DIOSES

Siendo la caridad una virtud teologal de un movimiento religioso, como lo es el cristianismo, por ejemplo, donde su supuesto significado tiene como objetivo el amar a Dios sobre todas las cosas,  y a los demás como a uno mismo, se producen dos axiomas que confunden a los humanos que siguen esos postulados:

-  El primero ocurre al inventarse un amor sobre un ser metafísico, omnipotente y omnipresente, sustentado por una organización que actúa como cofradía, para buscar la sumisión de esos seres creyentes a favor de una directiva que defiende a unas élites, dueñas de los medios económicos y productivos, quienes por su parte sostienen y financian esa dirección, generando un círculo virtuoso que manipula a quienes en ellos creen. 

- El segundo argumento  se enfrenta a la cruda realidad de unos seres despreciados y menospreciados por aquellas élites y directivas por lo que se odian y no se valoran, luego de sufrir ese trato despectivo.

Por ello es qué, mientras que la humanidad no entienda que ella es ese Dios prodigioso y orbipresente, y a la vez no sea capaz de perseguir, en la asociación general, su  propio bienestar, estará condenada a la explotación de aquellos que la manipulan, y la utilizan para mantener sus privilegios apoyados en esa dominación.
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