TODOS ESTAMOS JUNTOS PERO
DESUNIDOS
Todos cargamos,
sobre nuestras espaldas, el peso de unos fardos pesados,
que hoy son las normas
absurdas, convertidas en leyes, desde un ya lejano pasado,
que paralelamente
son los millones de engaños, que, con el paso de los años, nos hacen daño,
para luego simular,
en los baños, limpiarnos de las consecuencias, aunque no podamos.
Entonces vemos caer,
y correr, por nuestros hombros, los chorros de un agua sucia y contaminada,
con sustancias químicas
y materias fecales, por culpa de la avaricia de unos pocos,
donde intentamos duchar
nuestras conciencias vendidas al mejor postor, pero al peor pastor,
para encontrarnos, después,
las fuentes secas de agua, como igual los cauces de los ríos,
que no quisimos tener,
ni ayudamos a proteger.
Ciegos, sordos e
insensibles, en multitudinarios tumultos, salimos luego todos a caminar,
vagando por el
mundo juntos sin un rumbo fijo ni determinado,
entendiendo allí,
cuando nos miramos a los ojos, que estamos siendo manipulados,
pero sabiéndonos incapaces
de proceder distinto, porque todos tenemos clavado,
en el alma
particular, un odio total y visceral contra todos los demás,
lo que nos prohíbe actuar
de una manera general.
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