EL SUICIDIO COLECTIVO EN UN
OCÉANO CONTAMINADO Y ARTIFICIAL
Descrestados
ante las inmensas olas que se producen en los océanos artificiales,
agitados por una
corrupción que se ha vuelto totalmente natural,
al ser éstos contaminados
por seres indolentes ante una indiferente humanidad,
al permitir construir
sobre ellos los sueños personales, anteponiéndolos a los generales,
es como querer
dejar morir de inanición al universo que conocemos,
sin remedio y
sin consuelo, deslumbrándonos todos por los apetitos individuales.
Secuencias de
actos despreciables se han impuesto a las acciones necesarias y vitales,
edificando con
ellas los cimientos y estructuras que sostienen a un mundo de antisociales,
que hoy son los asesinos
de un planeta compungido ante los destrozos producidos sin sentido.
Ahora es muy
normal tatuarse, sobre la piel personal, los sueños que se pierden a granel,
para ignorar la
hiel que se acumula sobre la piel de una Tierra que se incendia sin control,
y sin que nadie
tenga la fuerza de atajar a los clanes de bandidos,
quienes
promueven a cuartel un arboricidio que moldea el ecocidio de un suicidio
colectivo.
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