SOMOS
COMO LA RANA, Y EL TIEMPO LA ALONDRA
Bamboleándose en el extremo de la rama de un samán
una rana intentaba divisar el mundo entero,
pero el horizonte estaba nublado y una alondra estaba a su
lado,
entonces, de un momento a otro, todo se aquieto y la rama
se quebró
en el mismo instante en que la rana fue un manjar para la
alondra.
Esta historia es similar a lo que como humanidad nos sucede
cada día,
que estando encima de un mundo agitado miramos hacia el
espacio,
sin siquiera sospechar que el enemigo es el tiempo a
nuestro lado
que calmado, como la alondra, no nos deja ver el horizonte
atribulado.
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