LA LAXITUD INDIVIDUAL ES LA NORMA
GENERAL
Mientras languidecen las
esperanzas humanas, por lograr una causa común,
poco a poco, en cada
atardecer,
la desesperanza general crece
cuando cada quien se va a dormir,
y en el nuevo amanecer una
cruda y nueva realidad incrementa esta sensación.
Entonces las religiones se
refuerzan de la decepción individual,
acrecentando con ellas, en
los políticos sagaces, las ganas de imperar y dominar,
mandando cada noche a las
personas a soñar, e imaginar,
un mañana en soledad y en
un planeta ardiendo de maldad,
y con este cruento escenario,
cosechar la rabia personal
e incendiar al mundo de verdad.
La actitud de cada ser
humano, con esta triste realidad,
se ha ido transformando en
laxitud,
ya nadie quiere
enfrentarse contra el mundo,
ni emprender batallas en
solitario,
hemos aprendido a aceptar
la guerra que sufrimos a diario
sin pedirle cuentas ni hacerle
inventario, como algo normal.
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