EL PODER EN LOS IMBÉCILES ES UNA IDEA
VIRAL
Tuve un mal sueño, y en él
penetré a la cabeza de Donald Trump,
hallándola vacía de conocimientos,
pero totalmente llena de resentimientos,
encontrando dentro de ella
una babaza amarilla adherida a los huesos internos de ese cerebro,
y resultó que era su masa
cerebral transformada en eso,
por el inmenso odio que
sentía por quienes no fueran pelimonos ni ojiazules,
donde ésta luego le chorreaba
por la boca, la nariz y las orejas,
empegotando todo alrededor
de él.
Supe entonces que a los
hombres con mucho poder les sucede a todos lo mismo,
porque las emociones más
primarias los invaden y desbordan,
y se les imponen sobre los
pensamientos razonables,
las ideas centradas y los
criterios más sensatos,
igual ocurre con sus pasiones,
las que se les transmutan en municiones,
para enfrentar con ellas una
guerra total y personal
con la que intentan
dominar y destrozar a todos los demás.
De allí nace una idea perniciosa,
y contagiosa, en algunos humanos,
en la que el poder se
vuelve como un virus que infecta a quien lo siente,
justificándola como el fin
para alcanzar sus perversos objetivos
y sean ellas los medios
perfectos de dominación en sus imperios,
pues el mundo a su alrededor
se convierte en el reino donde creen ser el rey.
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