PARA TÍ, JOVEN COMPAÑERO DEL CAMINO

PARA TÍ, JOVEN COMPAÑERO DEL CAMINO 

Como comprender, veinticinco años después, 
que la alegría de verte nacer en ese entonces, llamándote Santiago, 
hoy es la certeza de tenerte, junto con tu madre, 
en la brega diaria que significa vivir bien ésta vida nuestra.

Aunque a veces pareces perderte en los laberintos del desánimo, 
a causa de la impaciencia que te provoca no tener confianza en lo que tienes, 
desarrollas con constancia unos caminos ciertos, por donde debes encontrar, 
con tus propios pasos y esfuerzos, la felicidad, la que a veces te parece tan esquiva.

Por más motivos que se tengan, 
para ver y confirmar que les hemos heredado un escenario muy violento, 
mental y físicamente, aún a costa del amor mundano; son personas como tú, 
educadas con el mejor amor que unos padres pueden dar, 
y preparadas para saber de todo un poco, 
a las que les corresponderá la titánica labor de cambiar, 
a punta de los ejemplos con sus vidas, este mundo que parece cruel, 
donde hasta ahora la humanidad no ha querido modificar los malos pasos dados, 
por más que con esos actos siga ayudando a construir su propio cadalso.

Puede ser que a muchos les de rabia tener que hablar de amor, 
señalando a un mundo en hecatombe, pero con el más puro egoísmo, 
puedo decirte hoy que no siento impuro este amor que siento por ti, 
al ser consciente de lo que tengo al tenerte, 
de acompañante y a veces ser un muy mal confidente.

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