EL HOMBRE ES AZUL
Asustado, un
hombre se ponía azulado, pero con ella a su lado decía que se calmaba solo, por
eso le gustaba gritarle a todo el mundo que era ella quien lo ayudaba a controlarse
y a que retornara la calma a su cuerpo.
Éste no se
cansaba de decirle a los demás que había nacido a la vida el día que la
conoció, no cuando le parió su madre, así insinuaba e insistía que la relación
con ella no era un tema sencillo, pues para él era un asunto de vida o muerte.
El problema en
este relato, es que así contado, parece una historia de pasión entre dos
personas justas, jurándose amor, pero ésta de soslayo contiene una ironía oculta.
Es aquella que
confirma una manipulación en la trama humana, la de los hombres sobre las
mujeres, pues desde que se levantan hasta que se acuestan, éstos les exigen a aquellas
estar a su lado, permanentemente, sin importarles lo que piensan o ellas quieren,
ya que a éstas lo que les debe quedar claro es que, en los asuntos de los
hombres, los importantes son aquellos.
Con paso del tiempo este asunto para la tierra, y para ellas, se ha ido complicando
más, ha sido peor desde que el machismo ha sido la expresión que domina el
mundo, y mucho más lo es desde cuando éstas no pueden alzar su voz o manifestar
su opinión; la ironía en esta historia es que así han sido educadas por sus
propias madres, las que desde niñas les han enseñado a obedecer, donde han aprendido
y aceptado que en los asuntos de los humanos ellas solo deben obedecer,
desaparecer como un probable obstáculo, para que sea la voluntad de ellos la
que prime en todos estos ámbitos, así aquellos no tengan la razón, así muchas
de estas decisiones sean incorrectas y que quienes las impongan, estén llenos de
traumas psicológicos, lo que nos convierte y nos transforma a todos por igual,
desgraciadamente, en unos seres azulados e ilógicos.
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