SOMOS
CONSTRUCTORES DE DERROTAS
La elaboración de una verdadera relación humana,
de aquellas donde es el amor el principio creador,
son elementos que conducen a las personas hacia el
mismo tipo de ideas receptoras,
pudiendo convocar al paroxismo del coito a los amantes
o al rechazo inmediato,
al ser parte de una meticulosa filigrana compuesta de
paciencia y emociones,
haciéndolos parecer a aquellos antiguos maestros de la
fina orfebrería,
quienes, hilando y estirando con sus manos, cada hilo metálico,
iban tejiendo con esmero
cada fibra del maleable metal hasta crear una joya única
y especial,
pensada para homenajear y conquistar un sentimiento
mortal,
desgraciadamente, entre la especie humana, igual
esfuerzo se requiere para matar
a un sentimiento paralelo, incluso a una persona,
cuando se busca separar dos corazones que se aman,
transformándolas en pasiones desbordadas de desamores
desbocados, los cuales,
al comienzo, parecían conceptos férreos, eternos, que también
pueden concluir de ipso facto,
convenciendo fácilmente a los pusilánimes que han sido
decisiones sopesadas,
similares al tendón de un atleta en plena competencia,
que en su mayor esfuerzo se tensa,
se estira y se revienta en el preciso momento que la
mente estaba pensando en la victoria,
aceptando el dolor intenso que se siente frente a la
frustración de la derrota.
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