PARA LA ESPECIE HUMANA EL
ENGAÑO ES NORMAL
Como especie, hemos
sido conducidos a crear sociedades adaptadas al engaño,
entonces, nos es muy
fácil creer en movimientos y personas que se han
especializado en mentir,
sin que individualmente reaccionemos en contra,
quizás por la
ingenuidad inherente a una confianza existencial,
aunque notemos de inmediato
los embustes en cuanto los hacen,
continuando después
con el trajín de una cotidianidad asumida como normalidad,
ya que los parámetros
impuestos son limites difusos en medio del territorio social,
lugar donde a los expertos
del fraude les hemos dejado libre el camino
para que manejen laxamente
la adaptación impuesta impunemente.
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