EL INTERRUPTOR DEL TIEMPO SIEMPRE ESTÁ ENCENDIDO
Aceptar que se puede superar el pasado conlleva necesariamente
creer en el futuro,
dejando latente al presente que se construye al ritmo de los
actos cotidianos,
los cuales van quedando tirados como testimonios detrás de
los segundos marcados
por el tiempo individual e indefinido, que simplemente
aguarda dejarnos sin respuestas,
ante las preguntas nunca hechas, tras los hechos desechados
por descarte,
frente a una vida aguardando al momento preciso en que la
muerte apague el interruptor
de la conciencia universal, para poder darle contexto al descontrol
de lo conocido.
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