LA REALIDAD ENTRAMPADA
Cada día en la Tierra los
entrampamientos son normales,
siempre han ocurrido, por lo
que para algunas personas son especiales,
así los hechos que los
originen terminen siendo desconocidos e ignorados
por todos los demás que
habitamos este planeta enloquecido.
El día anhelado por pocos será
el más despreciado por la mayoría,
así sea aceptado con
resignación por todos los arrodillados a la información,
proveniente desde aquellos
que inventaron el rumor, descendientes directos
de quienes inventaron el
tiempo y los dioses, manteniendo adheridas,
en las rodillas de los
otros, las heridas que nos lastran como especie,
moldeando a los humanos como
lo que somos,
seres serviles pero
desunidos, generadores de epifanías
a favor de los culpables
de las muertes que engendran tanta confusión,
por eso, como leales
esbirros, hemos caído en la trampa del instante milagroso,
en la mentira del concepto
etéreo, convenciéndonos que el tiempo es oro,
en cuanto la existencia generada
por cada uno cada vez está
más alejada de la realidad,
creando fibras invisibles e intangibles
para que nos creamos insensibles
a las causas que destruyen al mundo material,
creyéndonos la falacia de ser
seres con pieles encallecidas, endurecidas, enmohecidas,
junto a bocas enmudecidas,
ojos enceguecidos y oídos sordos,
al extremo que ignoramos
los efectos que provocamos en la superficie
del espacio alrededor,
incapaces de comprender que estamos ante el desgaste
que contiene la esencia de
un final, aunque parezca repentino, es programado.
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