COCCIONES Y BREBAJES ENTRE ÁNGELES
Y DOMONIOS
Mantenernos tercamente
dentro de la ingenua creencia de que muchos seres humanos,
sobre todo, aquellos
que asumen responsabilidades dirigenciales,
a través de sus actuaciones,
públicas o privadas, terminan pareciéndose a ángeles,
y no precisamente a
los demonios como en realidad actúan,
es una manera soberbia
y displicente de aceptar las consecuencias surgidas
desde esos mismos
seres, quienes terminan justificando sus malas obras,
sobre la vida y el
destino de los demás,
por medio de decisiones
trascendentales con las que conducen a las sociedades
a perjudicar la
existencia de todos los individuos que confiaron en sus consideraciones,
es precisamente el
fogón donde se cuecen los caldos de cultivo
hasta donde confluyen
quienes llegan a ellos para saciarse entre sus propios egoísmos.
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