EL ESCEPTISISMO HUMANO TIENE UN
PRECIO, Y TODOS PAGAMOS SU COSTO
Mientras la humanidad
siga siendo escéptica, y más se demore en crear
unas líneas de resistencia
mental, social y general,
con las cuales se pueda
enfrentar a los ataques de su ingenuidad,
la inequidad y la impunidad
seguirán avanzando entre todas las sociedades,
en cualquier lugar
del planeta donde nos neguemos a formarlas,
siendo obvio entender
que para esto no se requiere tener osadía, más bien rebeldía,
contra unas normas que
se saben injustas, basadas en el error y el engaño,
tampoco es necesaria más
violencia para atacar la violencia,
producida en serie
por unos sistemas violentos, de control, rendimiento y utilidad,
con los cuales solo persiguen
el sometimiento de los individuos a unas absurdas reglas,
basadas sobre la
explotación de la naturaleza, y sobre los pensamientos de los humanos,
sustentadas por el
terror que generan los grupos de control social, sean estos militares,
policiales, institucionales,
religiosos o paramilitares, todos privados de la razón,
frente a unas mentes descontroladas
por la desaforada ambición personal,
ya que nos hemos sumido
en un consumo desmedido, de productos, ideas y mentiras,
además de haber caído
en la trampa de un desarrollo y progreso engañoso,
amparados en la
mentira individualizada,
al creernos, todos, la
teoría de que es posible hacerlo sin pagar un precio,
aun siendo testigos,
al mismo tiempo, de las evidencias que refutan tal engendro.
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