CUANDO Y DÓNDE MENOS, ES MÁS
Siendo tan pocos, demuestran
tal nivel de violencia,
que pueden sostener en el
poder a los corruptos que les pagan,
pudiendo ser, éstos, narcotraficantes,
despojadores de tierras, contrabandistas,
ganaderos, agricultores, políticos,
financistas, incluso comunidades religiosas,
logrando que ni un
barrio, una ciudad, una región, un país o hasta el mundo entero,
se atrevan a salirle al
paso a esos pequeños grupos, aunque muy bien articulados,
quienes cumplen a cabalidad
esa función, aterrar para mandar,
mientras van expandiendo los
mensajes de odio, rabia, inseguridad, injusticia,
inequidad, de
desesperanza general, necesarios para dominar sobre toda sociedad.
Son muchos los ejemplos,
como estos, consignados en la historia de la humanidad,
aparecen en la Biblia, en
la Tora, en el Corán, y hasta en El arte de la guerra,
sin embargo, nunca ha
importado conocerlos,
pues son ejercicios de
poder que jamás perderán vigencia,
ya que la ciencia ha podido
demostrar que el miedo es la mejor herramienta
para abrir las puertas de
la inseguridad personal, obteniendo que individuos,
por más musculosos e inteligentes
sean, exhiban su máxima debilidad,
plegándose a las demandas
de quienes así proceden.
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