UN INTRÍNGULIS HUMANO
Expeler de nuestras cabezas cualquier
tipo de ideas, sobre todo las más erradas,
aún a riesgo de que se conviertan en una
forma de excrementos,
después que se han acumulado y estorban
en nuestros cuerpos,
hacen ahora parte de las actividades preferidas
de los seres humanos,
sin que encontremos ninguna diferencia
entre una cosa y la otra,
contaminando y transformando, tras
nuestro paso, a un planeta totalmente expuesto a ellas,
y a partir de las costumbres las hemos
vuelto ley, siendo que no son obligación ni tampoco norma,
para que a costa de repetir estas torpes
acciones hayamos naturalizado sus terribles reacciones,
al punto de normalizar delitos,
injusticias y aberraciones,
al mismo tiempo que se han aceptado como portentosas y grandiosas soluciones.
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