TERCOS Y PUSILÁNIMES
Lanzando ideas por montones,
pero sin sentido, hacia el vacío del espacio que utilizamos,
al cual a través de ellas estamos
logrando transformar y hacer desaparecer,
mantenemos los pies
enterrados en un fango, producto de nuestro pisoteo y sudor,
la humanidad se ha rendido
ante las evidencias que generan nuestras obras,
y sus resultados, sobre un
planeta despojado de cualquier tipo de resistencia,
las cuales se producen tras
los fundamentos que invocamos cada vez que se presentan.
Parecemos ignorar que por
ellos estamos amarrados a sus consecuencias,
y que entre más diversos son
más nefastos, aun así,
nos mantenemos en una lucha
permanente,
para crear por medio de ella
un mundo en el cual poco creemos,
edificando sobre el barro en
que nos hundimos, sociedades dispersas, difusas y desunidas,
en cuanto es el egoísmo el principal
factor que hace multiplicar nuestros problemas,
mientras tanto, sumisos e
impotentes esperamos ansiosos la llegada de un dios,
que cargado de milagros nos ayude
a resolverlos.
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