LO QUE NO SE PUEDE CORREGIR SE
TIENE QUE EXTINGUIR
Cualquier especie biológica,
incapaz de superar sus limitaciones cosmogónicas,
tiene que tener el
tiempo contado, como le está sucediendo a la humanidad,
impotente ante su
propia incompetencia frente a una absurda realidad,
impuesta ésta a
través de personas interpuestas
por medio de los
intereses que se generan a partir de sistemas descompuestos,
con los cuales se han
concretado las estructuras que sostienen a sociedades enteras,
todas ellas en franca
decadencia peripatética alrededor de una mala ética financiera,
que ha terminado dándole
más valor a los objetos inanimados que a la vida en general,
eso sí, exceptuando la
de aquellos que deciden que es y que tiene valor,
pues son ellos los ingeniosos
imbéciles que se consideran la flor y nata de la creación,
teniendo en sus manos
la conducción del planeta cuando son la fuente de la destrucción
y del error humano
que está conduciendo a todas las especies hacia su irreparable extinción.
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