LAS CORPORACIONES SON ABORTIVOS
PARA LA VIDA
Cada ser vivo es una
interfaz eléctrica en la imaginación contraria,
la cual es deformada
por las ideas que se crean en sus neuronas,
en cuanto que todos
los seres terminan siendo incapaces de razonar
dentro de las fases
que requieren transformar cada imagen virtual en una realidad,
produciéndose entonces
un corto circuito en las sensaciones emocionales de cada ser,
las cuales caen de inmediato
en degradación entre un infinito energético,
que al mismo tiempo
es la propia materia en pleno proceso de descomposición,
y en aquella putrefacción
intelectual los circuitos creativos se degeneran,
destruyéndose mucho
antes de comprender la situación espacial que a todo ser rodea,
conduciendo, por
consiguiente, a las especies vivas hacia el vacío de un cosmos intuitivo,
donde se pierden
las intenciones de un mundo copulativo,
atribuible hoy a
las fuerzas corporativas ante las cuales toda la humanidad se doblegó.
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