FÉRREAS LETANÍAS
La mayoría de quienes
protestan apenas pretenden simples respuestas a lógicas peticiones,
no el silencio cómplice
que surge después de cegar sus vidas tras sus oposiciones,
siguientes a los ruidos
que producen las letanías expresadas por algunos pocos,
aquellos que se
acogen a la fuerza de las armas como la mejor herramienta,
igualmente, como el
único argumento contra todo tipo de exigencias,
ya que consideran a
los demandantes ejércitos de vándalos pagados y al servicio
de quienes pretenden burdamente
apropiarse de sus bienes,
los cuales han adquirido
violentamente expropiando a los demás.
Desde esos tumultos callejeros
y populares brotan voces de personas desposeídas,
que se han hecho sonidos
seculares tras sus permanentes pedidos, posibles y necesarios,
pero que se han
vuelto incomprensibles para aquellos que los deben entender,
teniéndolos que
atacar y destruir pues no quieren cambiar su infame manera de proceder,
reciclando con ella las
injusticias que hasta ahora son las bases de una férrea inequidad,
amparados en mentiras,
donde supuestos dioses los han señalado y escogido para gobernar.
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