LA HUMANIDAD LE HA VENDIDO SU
ALMA A UN DIABLO
Hasta el día de hoy hay
una realidad que está demasiadamente comprobada,
y es que, estando
vivos, es muy buen negocio venderle el alma al diablo,
siendo representado éste
por la fuerza que provoca el poder social y financiero,
que cada quien busca
afanosamente, y de cualquier manera,
porque termina siendo
el pase que valida los excesos de una vida diseñada para poseer,
mientras se amasa más
poder político y personal,
y se acumulan las
cosas materiales que los demás pretenden y no tienen.
La humanidad, a pesar
de las evidencias que demuestran la indecencia de este actuar,
no está dispuesta a
cambiar un modelo que le brinda la ocasión,
y el placer individual
de violar y maltratar,
porque es la fuerza que
le permite la manera de imponerse sobre los demás,
siendo a la vez la
droga que le enerva y le incentiva la mente,
y que requiere para
sentirse más viva y más fuerte,
a pesar que sea el
motivo, y el principio, del caos que padece mientras así existe.
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