sábado, 11 de julio de 2020

EN COLOMBIA EL ARRIBISMO DE LOS DESPOSEIDOS A DURAS PENAS ALCANZA PARA SER UN ESTÚPIDO ESNOBISMO SOCIAL

EN COLOMBIA EL ARRIBISMO DE LOS DESPOSEIDOS A DURAS PENAS ALCANZA PARA SER UN ESTÚPIDO ESNOBISMO SOCIAL

 

Hace unos días leí un artículo, en El Times, sobre el mito de la clase media en México, que me llevó a indagar cual es nuestra situación en Colombia.

Según proyecciones estadísticas, suministradas por el ente encargado de obtenerlas, el Departamento Nacional de Estadísticas, DANE, en Colombia el 30% de algo más de 14.2 millones de los hogares que existen en nuestro país, en cifras significaría 4.3 millones de familias, o sea casi una de cada tres, sobreviven con menos de lo que se considera un salario mínimo, o sea más o menos $880.000 pesos al mes, pues viven del rebusque, y en condiciones de informalidad, lo cual también implica que tampoco están aportando al sistema general de salud, por lo tanto haciendo simplemente parte, en este nivel social, del sistema de salud subvencionado, Sisben, y sin tener posibilidades futuras para aspirar a una pensión mínima, entonces, si consideramos que un hogar, en esta parte de la pirámide poblacional, por lo común está conformado por los dos padres y un número indeterminado de hijos, dos por poner un ejemplo clásico y por lo bajo, podríamos estar hablando de algo más de 17 millones de personas, ganándose justo lo necesario para mantenerse vivos, pero sin ningún tipo de beneficios sociales y por lo general sin usufructuar servicios públicos básicos. Los cuales, bajo estos arbitrarios parámetros, terminan siendo catalogados como la clase baja de la población, y por lo tanto viviendo muchos por debajo de la que es considerada la línea de pobreza.

Según estas mismas estadísticas que domina el DANE, el 60% del resto de esos hogares, son clasificados de clase media, porque reciben ingresos alrededor de los $4.000.000 de pesos al mes, lo cual no representa obligatoriamente que estén haciendo pagos sobre una buena Empresa Prestadora de Salud, EPS, incluso muchos miembros de estos hogares pueden llegar a estar inscritos, en cuanto a salud, al Sisben, ni qué tampoco, al menos un miembro de estos hogares, esté necesariamente haciendo aportes para que en el futuro esa familia pueda estar recibiendo una pensión, pero aun así, se siguen considerando hogares de clase media, no únicamente por el Estado, o por los gobiernos en turno sino también por ellos mismos, pues la referencia para esta hipotética consideración, ser de clase media, no son los beneficios sociales que puedan adquirir o sufragar, donde necesariamente deberían estar incluidos esos asuntos de los servicios familiares de salud y de pensión, sino que solamente son medidos, y catalogados así, por los ingresos monetarios que reciben.

Entonces tenemos que el 10% del resto de los hogares en Colombia, unas 1.4 millones de familias, terminan siendo considerados, por el DANE, de clase alta, sólo porque reciben ingresos superiores a los cuatro millones de pesos al mes, aunque muchos de ellos, suponiéndose privilegiados, y por lo tanto comportándose como ricos, no lo son, ya que cubren la mayoría de sus gastos, básicos y suntuarios, por medio de créditos bancarios y a través de tarjetas de crédito, dejando como conclusión que los verdaderos ricos, o la verdadera clase alta en Colombia son bastante pocos, se menciona que no pasan de mil familias, por más que un alto porcentaje se catalogue o se denomine, a sí mismos, falsamente de clase alta, cayendo en un paroxismo social que les deforma sus conceptos y creencias, impidiéndoles ver el grado de pobreza generalizada en el que nos encontramos como sociedad, lo que permite, a esa pequeñísima minoría, aplicar leyes e imponer cargas impositivas de una tremenda inequidad y totalmente injustas sobre una población cada vez más empobrecida.

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