HACIENDO REALIDAD UNA PESADILLA
¡Qué forma que
tenemos de hablar!, ¡qué capacidad para mirar!,
¡qué meticulosidad al
oír!, ¡qué sensibilidad por palpar!,
¡qué palatabilidad de
catar unos sabores sin fin!,
para, al final, ser todos
unos seres que admitimos mentir,
que nos dejamos imponer
lo que no debemos sentir,
mientras permitimos hacer
real cómo no podemos vivir.
Nos hemos incrustado
en un estado de sublimes sumisiones,
volviéndonos una
especie sin profundas convicciones,
sobre un planeta que
se hunde entre oscuras cavilaciones,
y ante sutiles pero inútiles
sentimientos y pasiones,
que producen
confusiones entre seres ignorantes de ser,
actuando todos como unos
individuos consentidos,
aun teniendo esos sentidos,
los cuales terminamos
desaprovechando, mientras nos arrojamos,
voluntariamente, al
fondo de un horno crematorio,
construido por
sistemas políticos y económicos contradictorios,
transformándonos en
cenizas, con que endurecemos el cemento,
con el que luego producimos
el concreto,
para después, ya
mezclados, pavimentar los caminos,
por los que ahora estamos
marchando, indiferentes y confiados,
dirigiendo nuestras
ilusiones soñadas, corrompidas por un ideario,
el cual simplemente
es una falsa idealización imaginada por algunos,
con la que estamos
edificando el mundo que nos conduce hacia un inframundo,
donde nuestras
peores pesadillas se están haciendo realidad.
______________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario