ESTAMOS TODOS ENREDADOS EN LA
MALLA DEL DESTINO UNIVERSAL
La vida de cualquiera
tiene una relación directa con todos los demás,
así mismo, la muerte
de alguien es directamente dependiente de algún indiferente,
teniendo trazos que
se enredan en una malla que se extiende, entre todos y entre nadie,
haciendo de la vida y
de la muerte un juguete en manos de un destino universal.
Somos los esclavos de
un mercado de segundos, en el que nos tiene de clientes permanentes,
en el que solo buscamos
alargar, con ansiedad, el tiempo, sin correr el riesgo de fallar,
yendo siempre a lo
seguro, lo que necesariamente implica errar,
equivocando los
caminos, y alejándonos del recorrido general,
que siempre termina,
por cosas del destino, siendo el mismo universal.
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