EN LAS GUERRAS DEL FIN DE UN
MUNDO
Nos pasamos nuestras
vidas queriendo esculpir en el tiempo nuestros momentos personales,
con los que
pretendemos dejar constancia de que ocupamos un espacio mientras vivimos,
sin reconocer que indefectiblemente
se terminaran borrando, esos momentos y espacios,
de la memoria del
mundo, de este que intenta mantener vivos los recuerdos de algunos,
preferiblemente los de
aquellos que lograron hacer mella en los otros,
con sus buenas o
malas acciones,
eso no importa, lo que
ha importado es haber hecho efecto sobre nosotros,
y sobre los que después
seguirán como borregos haciendo lo mismo.
Con esos esfuerzos
individuales hemos convertido la existencia general
en una carrera desigual
y hasta mortal,
donde siempre ganan
los más fuertes, los tramposos, los violentos, los mañosos,
y algunas veces los
inteligentes, dejando en un segundo plano
la importancia de las
comunidades, de las sociedades,
y a una especie
humana que debió desarrollarse unida, mantenerse en bloque,
sin tener que recurrir
a la lucha personal para requerir sobresalir
en un planeta que por
esas guerras desiguales se nos apaga mientras se acaba.
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