EN MEDIO DE UNA GRAN CONFUSIÓN,
ESTAMOS NOSOTROS
Siendo un subproducto
de la vida, la que surgió del caldo primordial,
cuando la Tierra aún
hervía, no podemos suponer ser el summus de la evolución,
por eso nos hace
falta, como especie, más modestia en nuestros conceptos,
y tener la mesura suficiente
para entender el origen de nuestros ancestros.
A partir de una falsa
creencia, la de ser los únicos seres en tener conciencia,
y una gran inteligencia,
nos hemos convertido en el organismo vivo
que mayor muerte
genera,
destruyendo a nuestro
paso cualquier otra especie que se nos atraviese en el camino.
Con el peso de los
años, acumulándose detrás de la inocencia con la que procedemos,
la ignorancia de
nuestros actos jamás va a servir de excusa,
para enfrentar al
destino, ya que aquel nos considera otro bicho más en la escala universal,
donde la
transformación de la materia se trasmuta en partículas y elementos,
qué, con su vibración
constante y permanente,
se acumulan en el
fondo de ese caldo por siempre incipiente,
donde la vida
simplemente se constipa en los intestinos del planeta,
y en el que nuestro sino
es ser excremento y no la cima.
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