EN EL PLANETA DE LOS
IMBÉCILES
En este planeta
atribulado, por infinidad de problemas que surgen a montones,
muchos de ellos
sin quererlos, provocarlos, pensarlos ni buscarlos,
no existe sobre
su superficie un ser más imbécil que el humano,
pues con todo
el conocimiento disponible, por hacerlo, trabajarlo y acumularlo,
además por tener
a éste al frente de nuestras propias narices y al alcance de nuestras manos,
preferimos
cerrar los ojos ante las evidencias de esos males, para no tener que tomar ni ver
la cantidad de soluciones
que nos pueden
mostrar otro camino para mejorar lo que ocurre, mientras siguen sucediendo.
El primero de
ellos, de los montones de problemas, que nos están afectando a todos,
es creer que
hay un ser y no una fuerza superior, y alrededor de él crezcan unas sectas que
manipulan a los demás;
el segundo es
que las mayorías soportemos el maltrato de una minoría que se considera elegida
y autorizada para hacerlo;
el tercero es comprender
que esas minorías son las que imponen unas absurdas condiciones,
que nos afectan
a todos por igual, incluso a quienes las toman sin pensar en las consecuencias;
el cuarto es
saber lo que está ocurriendo, por aceptar y acatar esas condiciones,
y que por ellas,
y con ellas, suponer que no se puede hacer nada a cambio;
el quinto es
aceptar como legales las razones anormales en que se basan esas consideraciones;
el sexto es
mantenernos, como sociedades, casi que, como cruzados de brazos,
aunque por ello,
y ante ello, se estén incrementando todos los problemas;
el séptimo, el
octavo y el resto que se producen, es tener conciencia de ellos y que se
acepten sin problema.
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