SACANDO
EN CARA LO QUE VEO
Tenemos hoy la vida a punto de expirar y aún esperamos el día
en que todo pueda comenzar.
Ahora, cuando hay tantas normas, las leyes y las formas no se pueden reformar y por eso en todas partes todo sigue igual.
Entre tanta insensatez, la humanidad se parece a un monstruo mitológico, de esos con mil cabezas, donde cada una piensa de manera desigual, recibiendo en carne propia los desacuerdos de su inmadurez.
Así, venimos generando tanta desazón, qué, al mismo tiempo, estamos transformando a cada individuo en la fuente de nuestra perdición, cuando deberían ser la salvación de un mundo que no tiene otra función, ni tampoco ser la única razón de un ser que se encuentra en desunión.
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