JUICIOS ORDINARIOS
Someter a juicios morales y éticos a los consuetudinarios culpables no hace mejor ni peor a nadie, es el simple perfeccionamiento de una actuación extraordinaria, realizada por alguien sugestionado con la inequidad programada al interior de sociedades cansadas de las manipulaciones, porque nadie se atreve a cuestionar a los delincuentes o antisociales, ya que la usanza general ahora es hacerlos jugar un papel importante donde nunca han tenido que participar ni obrar.
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