NUESTRA CORROSIÓN ES ALGO NATURAL
Carcomiendo nuestras propias entrañas, a partir
de los destrozos que provocamos a los cimientos que sostienen al planeta que
habitamos, incluso yéndonos en contra del medio ambiente y de sus recursos desde
nuestro propio advenimiento, la reacción que ha asumido la naturaleza hacia
nuestra presencia se puede interpretar cómo que ésta está considerando a la especie
humana una fatal y extraña enfermedad, al no haber podido encontrar ni conocer tratamiento
factible, posible ni definitivo, por medio del cual nos pueda y llegue a
controlar, descubriendo de improviso y de imprevisto en nuestra
autodestrucción el mejor procedimiento, con el que nosotros mismos le estamos facilitando
alcanzar la solución definitiva a través de nuestra propia desaparición como el
único remedio, encontrando en él la extraordinaria manera en que pueda eliminar
todos los males que le estamos ocasionando.
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