TOTALMENTE DESENFOCADOS
Cada tanto tiempo, son micro
centésimas de segundo, fundimos uno de los focos
que tenía prendido la
Tierra para iluminar su existencia, y por consiguiente la nuestra,
dejando en la más
terrible oscuridad sendas y lugares necesarios para encontrar
los escenarios requeridos,
por la naturaleza, para realizar las actuaciones elementales,
que luego dan lugar a la
existencia general de todos los organismos vivientes,
concebidos y paridos desde
el vientre de un planeta que los lanza a la vida
por variadas generaciones
compartidas de motivos esenciales,
sin embargo, somos los
seres humanos, fervientes creyentes
de la generación espontánea,
ya sea de motivos, razones, mitos y de soluciones,
quienes reaccionamos inconscientemente,
a través de una inteligencia demencial,
dando muestras de una enfermedad
mental, la imbecilidad superior,
la cual se manifiesta con
la ignorancia que exhibimos ante la larga lista de evidencias
que demuestran que somos nosotros,
cada ser humano, tras cada acto,
los directos responsables
del corto circuito que provoca la fundición de los focos
de la Tierra, por lo mismo,
que hemos ido perdiendo el foco que nos une a ella.
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