TODO INTERÉS COMERCIAL Y PARTICULAR ES
AJENO AL COMUNAL
Todo principio en sí mismo
es un final,
como igualmente los
finales son los inicios de algo,
simplemente es la especie
humana, idealizada dentro de sociedades,
encarceladas en ciudades, quien
no ha querido entender sus significados,
restándole importancia a
las dimensiones del tamaño del espacio que contienen,
cuando de ellas se desocupan
las decisiones que preocupan,
vaciando de motivos esenciales
las razones generales,
en cuanto de ellas se ocupan
las intenciones individuales que las desagrupan,
entre las cuales vienen contenidas
cada acción disruptiva para llegar o comenzar,
así de fácil es cómo se desconcentra
de un punto crucial el destino comunal,
donde entramados
corporativos luego son exhibidos como intereses colectivos,
para después mostrárnoslos
como si fueran los objetivos esenciales,
aunque en el fondo cada
ser comprende que son actos gerenciales
que persiguen los
intereses demenciales a través de caracteres comerciales.
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