AMANTES, SIAMESES Y VOLCÁNICOS
Somos dos cuerpos fundidos en una única alma,
contenida entre la calma consentida por dos seres reunidos en
un preciso momento,
dejándonos detenidos dentro del espacio compartido,
desde el cual surge un amor embarnecido por los abrazos
producidos
tras cada acto sexual, en cuanto callamos, permitiendo brotar
las emociones,
acerando la boca del volcán que vomita la lava ardiente, volviéndonos
lo que somos.
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