SIENDO HONGOS BLANCOS SOMOS BLANCO DE LOS PULPOS MANCOS

 

SIENDO HONGOS BLANCOS SOMOS BLANCO DE LOS PULPOS MANCOS

 

Condenados por los amores mancos, llenos de muñones blancos,

terminamos siendo supuestamente salvados por los corazones pulpos,

aquellos que abrazan sin necesidad de brazos, pues sus tentáculos alcanzan a llegar

hasta el fondo de las intenciones más egoístas, vanidosas y profundas,

las que le asisten hoy todo el tiempo a la humanidad,

en cuanto que con ellas persiste en mantener una oscuridad intelectual, aquí,

sobre este planeta solitario, donde hoy estamos creciendo como hongos descontrolados,

sin poder pedir perdón, por nuestros actos desproporcionados,

a los demás seres que nos rodean mientras mueren en nuestras guerras

pues son acciones que están siendo tan naturalizadas,

que ya incluso son procesos normalizados y personalizados,

dentro de cada individuo de la especie humana,

el cual se ha concientizado de su papel de idiota útil, entre sistemas inoperantes,

con los que ayudamos a descomponer nuestra fútil realidad,

que inclusive es más sutil dentro del universo, que contiene al tiempo,

mientras éste avasalla nuestra innecesaria memoria histórica, la cual,

aunque va dejando tenues huellas, en el espacio que se transforma automáticamente,

no tiene necesidad de nuestra torpe y absurda colaboración.

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