LA
POTENCIA HUMANA NUNCA HARÁ MELLA EN EL TIEMPO
Las fuerzas moleculares que posee la magnitud del tiempo,
sobre la insignificancia de la vida en general,
son muy superiores a una explosión nuclear,
pues se desarrollan en los espacios micelares de cada célula
integral,
allí, entre los tejidos y órganos que componen nuestros cuerpos,
escondidos en los rincones oscuros adonde se descompone
cada hormona personal entre el universo familiar,
en cuanto que son ellos los lugares donde se deshace la propia
humanidad.
La supuesta potencia genética e intelectual, de la que hacen gala,
y que dicen disponer unos pocos seres humanos,
con las que avasallan a las mayorías de cualquier especie, incluida
la humana,
a través de sistemas religiosos, financieros y sociales,
solo son pequeñas muestras de unas señales gigantescas,
con las cuales se dan muestras de una torpeza sideral,
pero que el tiempo siempre ignora pues nunca le harán mella a su
magnitud.
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