NOS LLEGÓ EL MOMENTO DE
CAMBIAR EL CAMINO QUE LLEVAMOS
En un gigantesco círculo
vicioso se ha convertido Colombia, pues venimos generando todo tipo de remolinos
sociales que producen fuerzas de atracción que necesariamente nos conducen hacia
situaciones insospechadas e inesperadas, lo que obligatoriamente nos viene dirigiendo
hacia todo tipo de conflictos y problemas, muchos de ellos irresolubles a
través de métodos inteligentes y normales, despreciando, en los afanes que provocan
estos avatares, reacciones diferentes a la normalidad, para poder enfrentarlos a
partir de soluciones sensatas, lógicas, legales y organizadas.
Por consiguiente estamos
inmersos en el centro de un remolino cultural, de un inmenso descontrol político
y social, tan es así que nos hemos transformado en uno de los ejemplos más
visibles, en el mundo, de lo que significa una sociedad conflictiva, ilegal, insolidaria,
vengativa, violenta y disruptiva, en donde cada individuo, en la soledad en que
lo han dejado abandonado sus familias, el Estado, los movimientos y partidos
políticos, los gobiernos locales, las instituciones religiosas, educativas o
gubernamentales, debe encontrar por sí mismo las maneras de solucionar sus conflictos
y problemas personales, sin poder vislumbrar alguna alternativa solidaria,
comunal o cooperativa, ya que si las invoca, o las propone, puede terminar
siendo catalogado una persona conflictiva, guerrillera o con tintes de violento
comunista, viéndose sometido incluso a la muerte, por lo tanto, quedando
expuesto a otras formas de resoluciones, ya sean éstas financieras, sociales,
educativas, culturales o psicológicas, teniendo entonces que tomar caminos
errados, vislumbrando en los atajos éticos y morales las mejores, o únicas, alternativas
para encontrar por ellos las soluciones a sus problemas, teniendo, por esas
vías, que toparse, enfrentarse,
congraciarse y relacionarse con organizaciones ilegales, ya sea en el plano
financiero, por ejemplo, apelando a los usureros o a los mal llamados gota a
gota, pues los bancos privados no son para ellos alternativas, en Colombia ya
no existen banco estatales, habiéndose convertido éstos en unas sanguijuelas
económicas, que en su avaricia y sevicia no dejan opciones legales ni posibles
de crédito, creyendo, los individuos, ingenuamente o en su desesperación, que
encuentran en la ilegalidad las mejores opciones para resolver esas dificultades
personales, incluso creen ver en la corrupción vías expeditas, y más fáciles,
para solucionar la situación que enfrentan. Igual sucede en lo social, pues son
tantas las dificultades que acosan a los individuos, que se transforman en bestias
salvajes, yendo en contra hasta de sus propios hijos, de sus amigos, de sus familiares,
de los vecinos, haciéndose insensibles a las necesidades y sufrimientos de los
demás. Algo parecido ocurre con el sistema educativo, ya que se ha transfigurado
en unos esquemas para adquirir información y conocimientos sobre temas y métodos
para engañar, para usufructuar egoístamente, para sacar beneficios personales
sin necesidad de compartir, hasta el extremo que hemos caído en el fango de una
anticultura, donde la falsedad y el engaño son las brújulas que llevan a los
individuos a buscar el éxito personal, afectando gravemente la psicología
general de todas las sociedades que conforman a Colombia, donde en unas el
efecto pernicioso se nota más, pero en todas partes estas actitudes se han
vuelto norma y costumbre.
Sí el país no encuentra
el norte de su recomposición social, la descomposición ética y moral sólo nos puede
conducir hacia un peor escenario que el actual, aunque de cierta forma ya
estemos viviendo entre las leyes de una selva, donde el más fuerte se come al
más chico, en donde el más violento acaba con el más débil, en donde el más
rico se aprovecha del más pobre, en donde los avivatos y tramposos se han
convertido en los líderes y dirigentes, quienes están conduciendo a Colombia,
como a un barco en dificultades, hacia su naufragio, nos están llevando hacia la
debacle económica, social, moral, ética e intelectual, y en esas condiciones lo
peor se convierte en lo mejor y lo ilegal en lo legal.
______________
No hay comentarios.:
Publicar un comentario