NOS HEMOS VUELTO UN MITO
Tal cual lanceros,
desprovistos de ojos y de cualquier sentimiento,
pero que escuchan,
paladean y sienten el terror que causan,
por la destrucción que
provocan a su paso,
montados en corceles
briosos, y sin bridas de ninguna clase,
pareciéndonos a fantasiosos
centauros, los mismos que en la antigua Grecia
dieron origen a los mitos,
que hoy varios de ellos nos engañan como especie,
así la humanidad cabalga
sin conciencia del rumbo que ha tomado,
destrozando con sus actos
la lógica y la decencia que requiere la existencia
sobre un planeta sometido
a las desmesuras que impone nuestra inconsciencia.
Como especie nos hemos
acostumbrado a la violencia,
que produce la mayoría de
nuestros actos,
empezando por la miserable
existencia que viven y sienten los desposeídos,
dándole a su muerte el
valor de un registro que atestigua la falta de emociones,
pues es lo que sienten los
pocos que se han tomado el poder humano
para realizar los cambios
que no hacen,
sobre un destino general, conducido
por la evolución, la cual, tras cada acción,
escribe, en los anales de su
historia, una historia que será totalmente borrada
del único registro que
vale, el universal, ya que no quisimos hacer parte de él.
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