ES TIEMPO DE VERDADES, Y DE CORPORACIONES

 

ES TIEMPO DE VERDADES, Y DE CORPORACIONES

 

Justo antes del derrumbamiento de una civilización,

como ocurre en estos instantes de reverberación social,

aunque debo advertir que los tiempos de los sucesos

no se miden ni por meses ni por años,

se cuantifican en décadas, periodos o en siglos,

haciendo a las evidencias de su colapso en irrelevantes, insulsas,

insípidas, habituales y hasta naturales,

acostumbrando a los seres, sean humanos o de cualquier otra especie,

a perder las formas de temer, haciendo del miedo una parte de su ser.

 

Grandes imperios ya antes han colapsado, fenicios, persas,

griegos, romanos, austrohúngaros, franceses y otomanos,

recientemente alemanes y soviéticos,

sin que sus integrantes notaran las claras señales de su próxima debacle,

por eso, de nada sirve advertir, a la civilización occidental, lo que está por venir,

pues cuando las esperanzas colectivas se difuminan los destinos personales se eliminan,

y hoy, el fundamento de la humanidad, está en poder de las corporaciones,

las que han vuelto al individuo una masa amorfa de sus objetivos,

convirtiendo a la realidad de todos en sueños, personalmente irrealizables,

así estos nos generen beneficios económicos y plusvalías empresariales.

 

Quien me quiera o pueda escuchar que escuche, ya que hoy nadie es indispensable,

ni siquiera los dueños y socios de las corporaciones.

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