PERDIDO EN LA GEOGRAFÍA DE TU
CUERPO
Tanteando con mis
manos las montañas de tus pechos,
mis dedos llegan hasta
las cimas de tus pezones erectos,
para descubrir, desde
allí, el valle que contiene una tupida selva entre tus piernas,
donde la humedad de tu
sexo espera abrirse a los torrentes salvajes que mi cuerpo no detiene.
Enloquecidos por las
pasiones, los abrazos se convierten en bejucos que se enredan,
sujetando unos
cuerpos que rítmicamente convulsionan, tras unos sentimientos descontrolados,
transformando nuestros
cuerpos en un paisaje idealizado,
manteniendo nuestros besos
y caricias detrás de un amor desbordado.
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